PABLO LÓPEZ RIOBOO

Juan José Padilla, Antonio Ferrera y El Fandi hicieron el paseíllo en el festejo de toreros banderilleros, paseando el jerezano el único premio de la corrida de El Pilar.

El paso de los años hace que aflore ese concepto que uno lleva puliendo desde que soñaba ser torero, ese que hoy desplegó un Ferrera que se olvidó de los elementos que había en su contra para sacar su toreo genial. Ese corazón que también le abrió Padillla a la Malagueta en una faena sincera y por el camino de la entrega total. Fueron los protagonistas de una tarde que dejó frustrado a un Fandi todo pundonor. Cruzar la raya, pasar el umbral del miedo, someter sin ser sometido. Hoy en Málaga un torero llamado Antonio Ferrera volvió a dar un aldabonazo, sacó la bandera del toreo puro para robarle una quincena de pases a dos toros de El Pilar de ingrato y correoso comportamiento. Sin cortar orejas dejó su sello, su poso y ese aroma a toreo grande que ya han paladeado plazas como Sevilla, Madrid, Pamplona, el Puerto o Pontevedra. Pero hoy Málaga pareció estar en otra cosa y no supo paladear ese sabor que deja el toreo eterno, ese que brota de las yemas de un torero curtido a base de cornadas y de un concepto en el que prima la despaciosidad. A la postre Padilla fue el triunfador de la tarde por una obra medida y con fases de toreo templado, ese que dejó a diestras con un colorao de El Pilar franco y de galope enclasado. El Fandi solo pudo mostrarse afanoso y dispuesto con dos toros insulsos.

Tuvo suavidad en sus embestidas un primero de El Pilar el cual acudió franco y con bravura a las dos varas de un Antonio Núñez ovacionado por su seria y efectiva labor. Compartieron tercio los tres actuantes en una labor en que los tres dejaron claro su sello. El de El Pilar llegó muy apagado al tercio de muleta, en la que el jerezano realizó un trasteo largo, el cual tuvo mayor calor en el público en su segunda mitad. En las cercanías calentó al público en una labor que no acabó de romper. Ovacionado desde el tercio resultó Padilla, palmas para el animal en el arrastre. Un toro que tuvo virtudes pero acusó las dos varas en demasía.

Lo ve claro Antonio Ferrera, un torero que pasa por un momento de madurez y seguridad aplastante. Ante un toro de El Pilar con ‘guasita’ le planteó una faena sin fisuras. Antes con la capa le soltó dos verónicas de fino trazo. Todo lo que hizo fue de mentira, su pelea el caballo fue geniuda que brava, ya que nunca tuvo la intención de empujar con los riñones. Esperó una enormidad en banderillas llegando a la muleta gazapón y orientado a derechas. Por el izquierdo cinceló naturales de cartel, de exquisito metraje. Siempre en torero, todo despacioso y medido, una obra para aficionados. Por el derecho pesó mucho el toro, un animal falto de entrega y sin ir metido en la maleta. Trasteo de valor seco, temple y mesura, una obra que no rubricó con el acero. Saludó desde el tercio.

Tuvo Fandi al animal más en El Pilar de lo que llevábamos de tarde. Un toro que ya de salida demostró que no iba a estar sobrado de poder. Se le cuidó en el caballo, quitó por Navarras el torero granadino, volviéndose a repetir un tercio de banderillas entre los tres espadas.. Llegó el animal a la muleta con alegría, un toro al que había que tocar hacia fuera debido a que tendía a embestir en línea recta y meterse por dentro por el pitón derecho, un animal que por el otro pitón embistió con vulgaridad y sin querer ir de verdad hasta el final. El de El Pilar acusó su justeza de fuerzas y su baja casta. Porfió el granadino en una labor que no tuvo mayor fondo. No rompió el animal en un trasteo sin mayor eco en los tendidos. En las postrimerías de la faena se echó el animal hasta en tres ocasiones. Tras pasaportar al toro saludó desde el tercio.

Salió por chiqueros un cuarto toro llamado Sombrereto, animal muy en tipo de la casa el cual demostró una endeblez manifiesta ya desde salida, por lo que se pidió su devolución con insistencia. Acertó el presidente en dejarlo en el ruedo ya que en la muleta sacó ese fondo de casta que tiene esta ganadería. La faena de Padilla tuvo tres partes, una primera sentado en el estribo y rodilla en tierra, una segunda en la que hubo muletazos templados y con regusto, en la que pudo expresarse el jerezano en tres series interesantes, dentro de una faena de mucha entrega. Por último, una tercera parte en la que sacó a relucir ese concepto tan personal en las cercanías, abrochando con un desplante rodilla en tierra. Se metió a Málaga en el bolsillo por una faena muy para él. Tras la estocada le fue concedida una oreja. Ovación justa para un toro con buenas virtudes como fueron la clase y la templanza.

Sin toro, sin embestidas, sin ninguna facilidad se las vio Ferrera con el tren que hizo quinto, un zambombo de más de 600 kilos que solo valió para carne. Pero Ferrera está en sazón, ve embestidas donde no las hay y como si se tratase de hipnosis le robó dos verónicas de cartel, el de El Pilar ni se coscó. En banderillas se la jugó de verdad Montoliú en dos pares de enorme riesgo. Apostó Ferrera por el toro, le dio pausas, le perdió pasos y le regaló a una malagueta ausente muletazos de categoría. Hundió sus zapatillas en el albero, le dio todas las ventajas, jugó con las querencias y las inercias del animal para robarle un manojo de derechazos sublimes. Se volcó en el animal, dando siempre el pecho, todo con gran pureza, todo muy de verdad. Una faena que pasó de puntillas para la plaza, muchos no se dieron cuenta de lo que había conseguido Ferrera a base de cabeza y mucha bragueta. Se atascó con el verduguillo sonó un aviso y fue silenciado.

En sexto lugar salió un toro vulgar de comportamiento y lavadito de cara, pese a su seriedad. Toro que acometió en los primero tercios sin fijarse, corretón y sin celo. En la muleta el grandino puso disposición ante la anodina embestida del animal. Hubo templanza derechas pero la faena nunca acabó de tomar vuelo. Porfió Fandi en un trasteo pulcro a derechas. Tras la estocada saludó desde el tercio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Malagueta. Segunda de feria. Corrida de toros. Media Plaza

Toros de El Pilar, dispares de hechuras, descastados, mansos y a menos. Destacó el enclasado y templado cuarto y el bravo primero en el caballo.

Juan José Padilla (Teja y oro): Ovación con saludos y oreja
Antonio Ferrera (Azul celeste y oro): Ovación con saludos y silencio tras aviso
David Fandila ‘El Fandi’ (Azul marino y oro): Ovación con saludos en ambos

@pablolopezriobo (pablolr89)

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