PABLO LOPEZ RIOBOO

Talavante vuelve a romperse en una tarde de gran toreo. El Juli muestra sus credenciales de figura. Roca Rey muestra disposición y ganas ante un lote dispar.

El toreo es verdad, es valor, es cabeza…, pero también es magia, improvisación, frescura… Hoy en La Malagueta, Alejandro Talavante, volvió a plasmar en el ruedo su tauromaquia total, esa que compagina todo lo mencionado con anterioridad. Sus dos faenas estuvieron llenas de clase, temple, pureza y un refinamiento especial. Su labor al quinto rezumó ese aroma que sólo él es capaz de transmitir un torero con duende. Hoy hubo magia en el ruedo, esa tan necesaria en tiempos de cierta vulgaridad. Parecía que la tarde se le iba a un Julidesesperado ante dos toros de Cuvillo para olvidar. Pero todo cambió al salir el sobrero de Las Ramblas, vimos entonces la verdadera cara del torero madrileño. Todo temple, todo cabeza, todo magisterio. Una actuación brillante con la capa y poderosa con la muleta. Una aparición breve pero intensa. Por su parte, Roca Rey tras un periplo por Perú encaró su segundo paseíllo en una tarde en la que la cabeza le pudo al corazón. Dos faenas bien distintas a dos toros muy diferentes. Se fue sin trofeos pero con la cabeza alta tras dos tardes interesantes.

Largo, alto de agujas  fue el primero de la tarde, un toro con casi seis años. Un animal soso y justo de fuerzasque no se empleó nada en el caballo. Ni un pase pudo darle El Juli a un toro que se defendió de forma fea y violenta, siempre soltando la cara. El macheteo por la cara del animal tuvo un aroma a Morante. El de Cuvillo de agrio comportamiento sacó a relucir sus casi seis años. Tras dos pinchazos y estocada delantera su labor fue pitada por un público disconforme. Finalmente todo quedó en silencio.

Dejó dos verónicas sueltas Talavante ante el segundo de la tarde, un toro que vino vencido por el pitón izquierdo, por lo que el recibo de capa no pudo tener continuidad. Inició la faena con estoicos estatuarios ante un animal de gran galope y profundidad. Los muletazos a diestras tuvieron el prisma de la largura y el temple. Acarició las embestidas del bravo Cuvillo en dos tandas con la derecha llevándose el toro detrás de la cadera. Por el lado izquierdo, le enjaretó al toro cuatro naturales limpios, cadenciosos y siempre por debajo de la pala del pitón. Siempre dando los frentes al toro, encajado y con frescura e improvisación en sus muletazos. Tuvo la virtud de la medida un Talavante que volvió a regalarle a La Malagueta una faena de guante de seda. Se le pidió la oreja por parte del respetable, saludando finalmente una ovación desde el tercio. Se fue ovacionado en el arrastre ‘Fumador’, un Cuvillo bravo y encastado.

Se movió mucho el tercero en el saludo capotero de un variado y dispuesto Roca Rey. Intercaló verónicas con chicuelinas, todo se lo hizo con temple, aprovechando las inercias del humillador Cuvillo. Se desplazó con clase y temple en el capote de Juan José Domínguez para más tarde llegar a la muleta manteniendo dichas virtudes. Muy torero fue su inicio por alto, intercalando trincherillas con un ajustado pase de pecho. Realizó Roca Rey una faena en la que primó la verticalidad y la firmeza de plantas en un trasteo que tuvo calado en el público. El de Cuvillo pedía mano baja, sometimiento y largura en los muletazos. Faena sincera, de buen metraje ante un toro nada fácil por su codiciosa embestida. Bajó en intensidad el trasteo a mitad  de faena, al no conseguir el torero cogerle la velocidad a la embestida del toro, consciente de ello improvisó con pases por la espalda y molinetes enroscándose el toro en la cintura para así volver a caldear al respetable. Faena de ligazón y mando, de muletazos no siempre arrastrados y sí a media altura, en la que el peruano acertó en distancias y tiempos para acrecentar la acometividad del toro. Hubo una tanda cumbre cuando se acercaba el epílogo de la faena, en la sometió al animal por bajo, crujiendo La Malagueta de forma rotunda. Labor que acabó por bernardinas de gran exposición rodilla en tierra. Perdió la oreja por el fallo a espadas. Palmas en el arrastre para ‘Cordobés’, otro Cuvillo de encastada y exigente embestida.

En cuarto lugar salió como sobrero un toro de las Ramblas sustituyendo al titular de Cuvillo. Templado y suave fue el recibo a la verónica de El Juli ante un toro que se desplazó con temple, pero no siempre humillado al capote del madrileño. Dejó volar el percal en cuatro lances y una media con la premisa de la suavidad. Vimos competencia en el tercio de quites. Primero fue El Juli, siempre de frente y con el compás abierto, en el que intercaló chicuelinas, cordobinas y una media de gran composición. Luego dejaría Talavante otro por delantales, a media altura de una suavidad exquisita, ante un toro con temple. Decidido se fue a por la muleta Julián, el inicio de faena tuvo el sello de la improvisación, sacándose al toro andando hacia el trcio con muletazos a media altura con gran desmayo, el pase de pecho fue de un enorme regusto. Le puso estética el madrileño a una faena de cabeza y gran conocimiento de los terrenos. Basó su trasteo en la mano derecha, en la que consiguió muletazos largos y  profundos ante un toro que pese a no humillar si se desplazaba con vibración. Arrebatado se vio a un Juli que sacó ese toreo poderoso pero también de suavidad y relajo. Apenas pudo soltar muñecas con la mano izquierda, el toro se rajó y lo que iba para faena importante acabo diluyéndose. Todo se quedó a medias, su obra inacabada por un toro que claudicó antes de lo esperado Tras pasaportar al de Las Ramblas en chiqueros saludó una cariñosa ovación desde el tercio. Málaga había sabido valorar una interesante faena.

La faena de la tarde se vio en el quinto, otro Cuvillo de gran clase y bravura encastada. ‘Fundador’ ayudó a que Talavante volviese a poner patas arriba La Malagueta. Se desplazó de salida el animal, pero sin demasiada clase en los capotes. Destacó nuevamente Trujillo por dos pares muy toreros, los que le valieron la ovación de su plaza. Se inspiró Talavante en otra gran faena gran a un importante Cuvillo. Garbo, sutileza, calidad, temple, magia… todo se unió para que se cuajase y redondease una interesante faena. Le obligó siempre al toro en muletazos al ralentí, llevándose el toro detrás de la cadera en muletazos de gran torería y ajuste. Si tuvo gran importancia el toreo a derechas, por el izquierdo dejó pasajes de un alto nivel, primero por su composición y luego por su enorme ritmo y cadencia. Cierto es que a la faena le faltó un puntito de redondez final para cuajar en dos orejas, pero no es menos cierto que el sometimiento de los muletazos hicieron que el animal se fuera apagando. Le imprimió suavidad a los de pecho, dulzura a los remates por bajo, garbo a los desplantes…, en fin, una obra de una gran belleza y composición. Un trasteo que contó con sus clásicas y despaciosas ‘arrucinas’, intercaladas dentro del toreo a diestras. Bravo fue el de Don Joaquín, un toro al que había que acariciar, un animal ideal para romperse con él y hacer el toreo templado. Consiguió el extremeño reducir la embestida del toro, aminorar la misma, torear con el alma y canalizar en las yemas de sus dedos la embestida de ‘Fundador’.Oreja de ley para un torero que ha pasado por Málaga de forma rotunda en sus dos actuaciones.

Cerraba plaza ‘Algarrobillo’, un toro que nunca se empleó de salida, ni en los capotes ni en el caballo. Resaltó Juan José Domínguez por un par de gran riesgo. Reservón y parado llegó el animal a la muleta de un Roca Rey que porfió sin conseguir ningún rédito. Nunca pudo llevar al toro sometido, debido a que este no iba a aguantar la exigencia de sus muletazos. Se rajó el animal y ahí se esfumaron las opciones del peruano de poder levantar una faena que nunca tuvo visos de ello. Tras pasaportar al ejemplar del Grullo fue silenciado. Una tarde en la que ante dos toros bien distintos pudimos ver que Roca Rey no es solo valor.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Málaga. Octava de abono.

Entrada: Casi Lleno

Toros de Núñez del Cuvillo. Bien presentados salvo primero y cuarto, que estuvieron fuera de tipo. Se lidió en cuarto lugar, un sobrero, de Las Ramblas; bien presentado.  Un cinqueño deslucido.  De encastada y boyante embestida. 3º Codicioso y encastado.  De templada y repetidora embestida aunque a media altura.  Bravo, humillador y enclasado. 6º Deslucido y apagado.

Julián López ‘El Juli’; Silencio y saludos

Alejandro Talavante; Saludos tras petición y oreja tras aviso

Roca Rey; Saludos tras aviso y silencio

Cuadrillas: Saludó tras parear al quinto Juan José Trujillo.

 

@pablolopezriobo (pablolr89)

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