PABLO LÓPEZ RIOBOO
La novillada de Talavante gustó por su presentación e interesante juego. Cadaval se lleva un lote de triunfo. David Salvador mostró sus credenciales, mientras que Gardel no tuvo suerte en el sorteo
Acogía un jueves más la Real Maestranza de Caballería de Sevilla una novillada con picadores para seguir potenciando la cantera y el futuro de los toreros de a pie. Hacían el paseíllo a las nueve y media, Alfonso Cadaval, Alejandro Gardel y David Salvador frente a un encierro de Talavante. Una noche que sirvió para ver la evolución de un Alfonso Cadaval que consiguió canalizar a través de sus muñecas las buenas embestidas de un lote de triunfo. Para constatar las formas de un Gardel con un lote de escaso juego. Mientras que también valió para ilusionarse con las formas y el fondo de un David Salvador que si pule sus defectos puede estar llamado a ser uno de los novilleros punteros del escalafón. Por su parte la novillada de Talavante contentó al respetable por su presentación e interesante juego.
Se fue a la puerta de chiqueros Cadaval para recibir al primero, un novillo de gran clase y calidad, que ya demostró en los lances de salida su buena condición. Intervinieron en quites tanto Alfonso como Alejandro en dos cartas de presentación que no resultaron demasiado lucidas. Lo recibió de rodillas en el tercio el sevillano para dejar una serie de buen gusto y trazo largo ante un animal humillador. Pese a dejar muletazos sueltos a diestras fue al natural donde mejor entendió Cadaval al buen ejemplar, dejando pasajes con hondura y muletazos hasta el final. Se relajó el novillero en naturales de buen trazo y despaciosidad, ante un utrero boyante. Los pases de pecho y los remates por abajo tuvieron el sello del temple. El de Talavante, justito de fuerzas pero con una dulzura enorme pedía sometimiento, mano baja y series largas, un animal de unas grandes cualidades. Un pinchazo previo a la estocada le privó de la oreja, dando el novillero una vuelta al ruedo tras ser ovacionado en el arrastre el buen ejemplar.
Tuvo otro buen novillo Cadaval en cuarto lugar, un animal mansito pero con transmisión y humillación en las telas. Faena intermitente del sevillano ante un animal complejo por su fondo de manso pero que tuvo arrancadas para triunfar con el. Acertó Cadaval en dejársela muerta y tirar del utrero, empapándole de pañosa el morro del astado para así evitar que se rajara del todo. Estuvo como tenía que estar, en novillero, nunca volviéndole la cara a un utrero con el que no podías relajarte. La plaza estaba con el joven sevillano, muy arropado por la afición hispalense. Actuación sincera, con momentos interesantes, en un trasteo que le valió una oreja. Quizás faltó el reposo de su primera faena, pero lo suplió con altas dosis de entrega y disposición. Se le vio una evolución respecto a pasadas comparecencias, poco a poco va puliendo esos defectos que cantamos en ocasiones anteriores. Tuvo un lote para cotas mayores, pero lo que es innegable es la disposición con la que afrontó toda la noche. A buen seguro llegó al hotel con la satisfacción del deber cumplido por dos faenas en las que enarboló la bandera de la entrega y el amor propio.
Embistió sin entrega el segundo de la noche en los capotazos de salida, un animal que iba y venía pero que carecía de fortaleza y mayor casta. Destacó David Salvador por un quite por Gaoneras de templado, ajustado y medido metraje, una interesante carta de presentación de joven salmantino. Gardel puso todo de su parte en un trasteo de poco eco en los tendidos. La informalidad y sosería no ayudaron a que la faena tomara vuelo. Cierto es que el animal tuvo la virtud de la nobleza, pero pecó de esa transmisión que hace vibrar a los tendidos. Dejó muletazos aislados de buena factura cuando acertó a cogerle la velocidad al animal, pero este estaba medido en todo y no aguantaba tres muletazos por debajo de la pala del pitón. Tras pasaportar al utrero de una estocada de rápido efecto fue ovacionado desde el tercio.
Se estrelló Gardel con el sobrero que hizo quinto de Talavante, un jabonero altón y manilargo de deslucida embestida. Pasó inédito el madrileño en su segundo capítulo debido a la falta de casta del utrero. Un animal que siempre se defendió y no quiso pelea. Ya mostró esa condición en el peto afianzando su mal estilo en banderillas. Poco pudo hacer madrileño con tan poco material. Tras una buena estocada saludó desde el tercio.
Salió en tercer lugar un novillo con seriedad tanto en su mirada con en sus defensas, un colorao de Talavante de escasa entrega. Nada más salir, cuando lo lanceaba rodilla en tierra, el novillero salmantino perdió pie, llevándose el novillo a Salvador por delante, sin consecuencias afortunadamente, para luego dejar un saludo capotero con más intención que lucimiento. Le plantó batalla en el tercio con un inicio de faena de gran exposición. No se dejó nada en el hotel, venía a dar un golpe sobre la mesa, pero la geniuda embestida del animal lo puso todo cuesta arriba. Siempre dando el pecho, citando de frente y nunca dando ventajas al animal. Sevilla supo valorar la porfía del novillero ante un torete de Talavante que siempre embistió por dentro, nunca queriendo irse detrás de los vuelos y colocando la cara con clase tras las telas. Tuvo la virtud de la movilidad, pero esta si no va acompañada de buena clase y franqueza se queda en nada. Grata carta de presentación de un novillero con cosas que pulir pero con unas condiciones y un fondo a tener en cuenta. Mató mal y fue silenciado.
No remontó el vuelo en el sexto de la moche, un novillo paradote y sin celo con el que David Salvador no pudo pasar de correcto. Un novillo con escasa estrega, el cual nunca fue metido en las telas, embistiendo en muchas ocasiones al paso. Nunca tiró las tres cartas el salmantino pese al nulo juego de este sexto, no se aburrió y porfió en una faena medida y bien estructurada. Acabó su labor en las cercanías evidenciando un valor seco. Se volvió a atascar con los aceros y fue ovacionado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novillada con picadores nocturna. Más de un cuarto de plaza.
Novillos de Alejandro Talavante. Bien presentado pese a su disparidad de hechuras, de juego desigual, medidos en su raza, pero de interesante comportamiento. De gran clase y humillación el interesante primero. Pasador a media altura el noblón segundo. De movilidad geniuda el desclasado tercero. Mansito pero con fondo de clase el buen cuarto. De descastada condición el parado quinto bis. Sin celo ni entrega el manso sexto.
Alfonso Cadaval (Gris y oro): Vuelta tras petición y oreja.
Alejandro Gardel (Marino y oro): Ovación en ambos
David Salvador (Verde y oro): Silencio y ovación
INCIDENCIAS
Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Iván Fandiño
Añadir comentario