La terna, a hombros con un gran encierro de Santiago Domecq se reparten siete orejas en una tarde triunfal
Un cartel formado por los toros de Santiago Domecq y con tres triunfadores del pasado ciclo era el que presentaba la Feria de Colombinas para su tercer festejo mayor: Julián López «El Juli”, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante trenzaban el paseo en la arena onubense a las ocho en punto de la tarde.
Los tres toreros del cartel propiciaron una tarde de rotundidad y madurez hoy en Huelva ante un gran encierro de Santiago Domecq. El Juli volvió a demostrar su toreo de mano baja y mando ante el mejor lote, Perera mostró una seguridad pasmosa ante el lote menos bueno de la tarde, mientras que Talavante dejó patente que vive un momento de madurez en su toreo, faenas de improvisación y frescura, no existen reglas preconcebidas sino dejar volar la imaginación.
Importante faena por temple y capacidad fue la realizada por un gran Juli al buen primero. Lo recibió con un variado saludo capotero, quitó ajustadamente para luego conjugar una faena más que interesante. El toro tenía la virtud de la prontitud, se ralentizaba por el pitón derecho, de gran clase este primero. Por el izquierdo le costaba más, pero el madrileño supo meterlo en el canasto. Faena de muletazos largos, de muleta arrastrada, pues el codicioso animal lo quería todo por abajo. Tras la estocada dejó al burraco sin puntilla y paseó el doble trofeo. Justa ovación al de Santiago Domecq en el arrastre.
Tras invalidarse el cuarto salió en su lugar un toro del mismo hierro titular que propició una enorme faena de ‘El Juli’. Gran tarde la del madrileño que cuajó a un enclasadísimo y humillador sobrero. Tandas de toreo largo, despatarrado, con el compás abierto, sintiéndose ante tal dechado de clase y ritmo, gateaba ‘Almacenista’ tras los vuelos de la muleta, pena la falta de fuerzas del animal. Este tipo de toros con esta embestida son los que descubren la clase de torero que tienen delante, pedía toques suaves, nada de brusquedades ni tirones, el madrileño supo darle lo que pedía el animal en una faena donde afloró la tauromaquia más personal de ‘El Juli’. El de Santiago Domecq tendía en algún muletazo a mirar hacia tablas, pero su fondo de casta hacía que siguiese embistiendo como un tejón a la muleta del madrileño. En las postrimerías de la faena acabó rajándose el animal tras una larga y exigente faena, podemos decir que el animal tuvo un puntito de manso, ese que le hizo tirar la toalla en la última serie, pero lo que es también evidente es que embistió mucho y bien, por lo que podemos considerarlo un gran toro. La lastima fue que Juli no le pusiera la rúbrica con la espada, un pinchazo y una estocada caída dejaron el triunfo en una gran ovación.
Oreja al valor y el temple de Perera con el noble y manejable segundo. Lo recibió de rodillas en el tercio para luego ejecutar un escalofriante quite por chicuelinas, más ceñidas es imposibles. En el tercio de muleta ejecutó una faena firme y asentada, el de Santiago Domecq tenía la virtud de la emoción y la movilidad, mientras le aguantó la gasolina Perera le ejecutó muletazos de trazo largo, siempre con la muleta por el suelo a pesar que el animal no tenía la virtud de la humillación. A mitad de faena el toro redujo velocidad y emotividad en sus embestidas, le faltaba clase al animal por lo que la labor de Perera tuvo muchísimo merito, quietud pasmosa la del extremeño Finalizó la faena entre los pitones del toro haciendo un alarde de testiculina, que difícil facilidad. Tras una gran estocada se pidieron insistentemente las dos oreja, pero finalmente solo fue concedida una, lo que propinó la consiguiente bronca al presidente.
Muy dispuesto estuvo Perera en el quinto de la tarde, ya desde que se abrió de capa estaba dejando claras sus intenciones, que no eran otras que salir a por el triunfo. Meció el capote con mucha suavidad, para luego dejar un quite de sumo gusto y temple. Hay que destacar la gran labor de Juan Sierra con la capa así como a Joselito Gutiérrez con los rehiletes, se desmonteró tras dos grandes pares de banderillas. Faena de temple ante un animal con nobleza y movilidad pero con tendencia a querer irse. Inició la faena asentado en el albero onubense, rodilla en tierra, no movió ni un musculo en un inició de faena vibrante. Nunca le apretó Perera ya que el animal podía acabar rajado a las primeras de cambio. Acertó en darle tiempo entre tanda y tanda para que el animal no se acabara, lo sujetó para que no saliera suelto, ahormando una faena que demostraba su gran momento, valor, temple y profundidad en sus muletazos Tras una estocada cortó el doble trofeo.
El temple hace milagros, así podríamos titular la faena de Talavante al desrazado tercero. Se inventó una faena a base de despaciosidad y mucha paciencia. Al de Santiago Domecq le faltaba entrega pero a base de hacerle las cosas despacio fue consiguiendo sacarle muletazos a un toro carente de casta pero que cuando iba metido en la muleta embestía con son y cierta clase. Lo mejor se vio mitad de faena hacia adelante, muletazos con suma torería y cargando la suerte, hondos y largos fueron los muletazos, adornos toreros y su ya consabida improvisación se metieron al público en el bolsillo. Tras una efectiva estocada cortó una oreja.
Remató Talavante una gran tarde de toros con una faena llena de frescura. El sexto bis fue un noble y manejable astado que embistió con celo y calidad a la muleta del extremeño. Lo lanceó con sumo gusto en un recibo capote muy templado que tuvo mayor rotundidad en la media de remate. Humillaba y transmitía en sus francas y nobles arrancadas el de Santiago Domecq, lo que aprovechó el extremeño para construir una faena llega de gusto e improvisación. Talavante midió los tiempos de la faena, supo entender a un animal que pedía mano baja y toques suaves. No duró mucho la misma y tras un cierre por bernardinas cortó la oreja que lo sacaba en volandas junto a sus compañeros. Al igual que pasó en el quinto de la tarde, vivimos un gran tercio de banderillas donde Juan José Trujillo volvió a demostrar por qué es un gran torero de plata, saludando montera en mano por una gran actuación con los rehiletes.
La terna salió en hombros junto a mayoral de la ganadería en una gran tarde, siete orejas se cortaron en un encierro en que que el numero de trofeos hubiera sido mayor si las espadas hubieran viajado más certeras.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Tercera de la Feria de Colombinas. Corrida de toros en tarde de mucho calor.
Seis toros de Santiago Domecq, bien presentados y de buen juego en líneas generales. Pronto y de gran pitón derecho el primero, con movilidad pero sin clase el manejable segundo, desrazado aunque con cierto temple en las telas el tercero, de gran humillación y clase el cuarto bis, manejable, con temple y bondad el mansito quinto, enclasado y con profundidad el buen sexto bis. Se devolvió el cuarto por un lesionarse en el tercio de banderillas y el sexto por su falta de fuerzas.
Julián López «El Juli” (Sangre de toro y oro): Dos orejas y ovación
Miguel Ángel Perera (Sangre de toro y oro): Oreja y dos orejas
Alejandro Talavante (Canela y oro): Oreja y oreja
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