TEXTO: Pablo López Rioboo – FOTO: Arjona
La divisa de El Parralejo se ha ganado por derecho propio, como ya lo hiciera Rocío de la Cámara, el derecho a aspirar a cotas más altas. Hoy en Sevilla lidió una novillada magníficamente presentada, muy torera por delante y de juego más que interesante. Una novillada variada en su comportamiento, en la que hubo animales más enclasados y otros más exigentes, a los que se enfrentó una terna que no acabó de cogerle el aire. Aire por otra parte que molestó toda la tarde. Tan buena fue que salvó el quinto, el resto se fueron al desolladero con el respetable tocándoles las palmas. Novillada que cumplió en el caballo, unos con más bravura que otros, pero dejando patente que en esta ganadería el tercio de varas tiene una enorme importancia.
El primero de la tarde fue un animal de gran clase y humillación, un novillo que acusó dos volteretas y llegó muy mermado a la muleta. Aún así evidenció su buena condición pese a la irregularidad en sus embestidas. Quería más que podía. Cuando tomaba aire le regaló al espada sevillano varias embestidas profundas. El segundo tuvo más temperamento que clase, un novillo con movilidad que en ocasiones embistió por dentro. Ejemplar complejo, de embestida cambiante, al que había que llevar siempre sometido para corregirle ese puntito de brusquedad. Al tercero, otro interesante novillo le faltó ese punto de chispa para que sus embestidas llegaran al tendido. Novillo con fijeza, repetición y prontitud este castaño.
En la segunda parte de la novillada sobresalió la enclasada y entregada embestida a zurdas del colorao cuarto. Un ejemplar que se fue siempre a los vuelos, colocando excepcionalmente la cara. No fue fácil, ya que había que pulsearlo y cogerle la velocidad. Justito de fuerzas tuvo buena condición por el derecho, pero le faltó mayor entrega pese a tener virtudes. Por ese pitón tuvo mejor inicio que final del muletazo. El quinto fue el ejemplar más deslucido, mansito el de El Parralejo cantó su condición ya en el caballo. Desentendido por el izquierdo y picando por dentro por el derecho no dio opciones. Por su parte el sexto fue un animal exigente y con raza. Tuvo fijeza, prontitud y galope. Novillo nada fácil, de esos complejos, ya que pesaba un mundo en la muleta. Por el izquierdo siempre hizo hilo, mientras que por el derecho su comportamiento pese a la exigencia fue más manejable y entregado.
Jimio, Sevillano, Infortunio, iluminado y Portavoz dejaron patente en la Maestranza que la divisa propiedad de la familia Moya y representada por Rafael Molina está preparada para dar el salto. Ese salto que ya dio el pasado año lidiando su primera corrida de toros y que este año verá su continuidad en Alicante. Una ganadería que año tras año lidia ejemplares de importancia en Sevilla y que por lo tanto debe estar apuntado en rojo en la libreta de la empresa para en un futuro no muy lejano dar el paso a corrida de toros. Hoy en Sevilla lidio una novillada con exigencia y complejidad en su condición, más para el ganadero que para el torero, pero que dejó satisfecha a la parroquia que acudió hoy a La Maestranza.
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