La séptima del abono en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla tenía lugar este sábado con un cartel compuesto por El Juli, Miguel Ángel Perera y Roca Rey, que a las seis de la tarde trenzaban el paseíllo frente a un encierro con el hierro de Garcigrande.
Ser base de un abono no es fácil, echarte a la espalda el petate de la responsabilidad es algo que no está al alcance de todos. Mandar durante tantos años, con la exigencia que ello acarrea, es un peso con el que deben contar aquellos que son figuras del toreo. Llevar tantos años haciéndolo debe quebrantar en cierto modo al hombre que hay fuera del traje de luces. Esa presión unos la llevan mejor que otros, algunos incluso tienen que ponee un punto y a parte para resetear y volver con otra cara. Hoy en Sevilla hacian el paseillo tres toreros que comparten esa presión. Cada uno de una manera distinta, pero los tres defendiendo cada día su estatus y tirando hacia adelante de la temporada. El hombre, la persona, el torero. Hoy se notó el peso de la púrpura, la exigencia, el miedo, la incertidumbre, hoy esa responsabilidad con Sevilla marcaba la hoja de ruta de tres toreros que sienten esta plaza como suya, de ahí ese peso por estar a la altura de un día tan señalado.
Se devolvió el primero de la tarde tras evidenciar su justeza de fuerza, saliendo en su lugar un cinqueño de Garcigrande voluminoso pero con un gran fondo de clase. Un animal que se abrió con ritmo al capote de un Julián que lo templó de salida. Siempre perdiende pasos. Dejó un quite bajando la mano de fuera cerrada con una media enroscada a la cintura. Ya con la muleta acertó el Juli en alturas y distancias ante un astado que siempre tenía que ir enganchado, ralentizandose cuando se topaba con las telas. Le exigió pronto un Julián que sabía lo que podía darle el animal. No le dejó nunca pensar, llevándolo siempre empapado en la pañosa y exigiéndole por debajo de la pala del pitón. Tuvo mayor transmisión a derechas pero mayor clase a zurdas. Por ahí pese a ser más sosito la tomó con gran clase y entrega. Labor en la que el madrileño le tomó rápidamente la velocidad, lo que propició que el animal cogiera celo. Tras dejar una buena estocada se le pidió la oreja, no siendo concedida por el usía. Saludó desde el tercio.
El segundo de la tarde fue un buen toro, mansito pero con un punto de castita. Le dejó un buen saludo capotero el de Puebla de Prior con verónicas muy verticales de un concepto muy amanoletado. Pese a querer irse cuando se salía de los trastos colocaba bien la cara, transmitiendo y haciéndolo todo a galope. Comenzó con doblones por bajo sacándose al toro al tercio. Le quitó todas las querencias al animal, todo tenía que ser pronto y en la mano. En las primeras tandas embistió con todo, aún sin agarrar ritmo. Muy firme e inteligente el extremeño dejándole siempre la muleta en la cara para así evitar que se rajara. Se echó la mano a la izquierda, por ahí sobresalió un larguísimo natural dejandosela muerta. Bajó su labor cuando el toro pasó del centro del ruedo al tercio, ahí el animal desarrolló toda su mansedumbre. Aún así volvió a dejar una tanda que conectó con los tendidos con un circular cambiándose la muleta de mano, pero el toro se desinfló. Tras dejar una estocada caída saludó una ovación desde el tercio tras una leve petición.
Un zapato fue el tercero de la tarde, un ejemplar castañito que ya desde salida dejó claro que iba a estar justito de todo. Un animal con poca transmisión que acabó defendiéndose. Vimos una faena con ciertas irregularidades de Roca Rey, pero a la que no le faltó disposición. Se montó en lo alto ya en la primera tanda. Roca Rey es un torero que somete mucho a los animales ya que los engancha muy adelante, lo que exige una enormidad a los toros. Aprovechó la movilidad del aninal para dejar buenos pasajes por ambas manos. Tuvo la virtud el peruano de desenmuñecar rápido y vaciar el muletazo. Todo lo hizo ligado no dejando pensar al animal. Evitó enganchones, puliendo poco a poco la embestida, lo que sin duda acrecentó las ganas de embestir del astsdo. Ya en mitad de faena fue desordenando sus embestidas, volviendo hacer lo que ya enseñó en el peto, defenderse. Dejó una buena estocada, saludando una ovación desde el tercio tras una faena desigual pero de gran disposición pese a faltarle mayor reposo.
No tuvo opción ninguna El Juli con el manso y desclasado cuarto. Un astado que pasó sin humillar, evidenciando ya de salida su poca clase. Le dio fuerte Barroso en el caballo previo a un gran tercio de banderillas en la que se desmonteró Antonio Chacón. Destacó un enorme par de poder a poder. Inició por alto una faena en la que el toro no puso nada de su parte. Un animal que entró caminando, sin celo ni transmisión. Muy desencantado se vio a Julián tras ver como no le daba opción ninguna el Garcigrande. Silencio fue el balance de su actuación.
Sobresalió el toreo de capa de Perera en el quinto, un toro de Garcigrande que fue agarrando celo. Verónicas muy templadas, sacando las manos de fuera, ganándole un paso y pulsando la embestida del de Garcigrande. Aprovechó la movilidad del animal en un gran quite en el que toreó por varios palos. Chicuelinas con medio capotito, Cordobinas muy suaves y templadas, seguidas con Tafalleras y una media de gran suavidad. Lo hizo todo en torero, toreando al animal con las yemas de los dedos. Un animal que embistió con velocidad, acordando el viaje en banderillas. Saludó la cuadrilla al completo tras un gran tercio de banderillas. Suavidad capotera y pares de banderilas asomándose al balcón. Sevilla acabó rendida. Apostó Perera por el animal, se fue al centro del anillo para dejar un inicio de faena vibrante. Cambiados por la espalda rodilla en tierra, unido a unos derechazos muy lentos llevando al animal en los belfos de la muleta. El toro embistió con transmisión, humillación e importancia pese a hacerlo por dentro. No le dudó en ningún momento el extremeño en series poderosas y de mucha verdad en el cual acertó a limpiarle el muletazo al astado a base de desenmuñecar con suavidad. Llevó siempre toreado a un animal que por el izquierdo, pese a tener nobleza tuvo menor entrega. Toro que acusó la exigente muleta de un Perera que acortó las distancias en un final de embestida en el centro del ruedo. Labor seria y sin fisuras. Cerró una labor de más a menos con una gran estocada. Oreja para el torero y ovación para el animal.
El sexto fue otro toro de la divisa salmantina que no se empleó. Un astado basto de hechuras el cual desarrollaró cierto sentido y al que el peruano fue haciendo poco a poco hasta conseguir una meritoria actuación. Le tragó Andrés en un trasteo de embestidas desiguales y a media altura, un toro que nunca humilló. Acertó en dejarsela siempre puesta y llevarlo empaparlo de muleta para así no dejar que saliese desentendido. Muy valiente estuvo Andrés con un astado al que había que encelar en todo momento con toques fuertes y fijadores. Astado con carácter el cual no regaló ni un muletazo, todo tuvo que sacárselo él. Cuando parecía languidecer su faena se metió entre los pitones para volver a subir enteros su labor. Zapatillas atornilladas en el albero, y una seguridad en si mismo le hizo sacar agua de un pozo vacío. Un burel que más que embestir, pasaba. Finalizó su labor con un circular en los terrenos del toro, ahí lo único que se movía era la muleta. Faena de gran verdad, temple y muñecas. Fueron claves los terrenos y las alturas para encelar al desrazado animal. Mató de una gran estocada, paseando una oreja. La segunda en dos tardes.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Séptima de abono. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido.
Toros de Garcigrande. Desiguales de presentación y Juego. Humillado y repetidor el primero; noble y obediente el segundo; mansito sin emoción el tercero; un mulo sin opciones el cuarto; entregado y con emoción el buen quinto, ovacionado; noblón sin transmisión el anodino sexto.
El Juli: Saludos tras petición y silencio.
Miguel Ángel Perera: Saludos tras leve petición y oreja.
Roca Rey: Saludos y oreja.
INCIDENCIAS: Saludó Antonio Chacón tras parear al cuarto, así como Javier Ambel, Vicente Herrera y Curro Javier en el quinto.
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