PABLO LÓPEZ RIOBO / GALERÍA: EMPRESA PAGÉS
Jiménez y Silvera puntúan en la Maestranza y dan argumentos para seguir contando con ellos. Cadaval no conecta con el público en una tarde de altibajos. Interesante novillada de El Parralejo.
La novillada del Corpus llegaba, en la tarde de este jueves, a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Un cartel muy de la tierra era el que hacía frente al encierro de El Parralejo: Ángel Jiménez, Emilio Silvera y Alfonso Cadaval. Siempre me han contado que los toros bravos descubren a los toreros vulgares. Dentro de la bravura hay muchas aristas y ninguna verdad absoluta. Pero creo que para domeñar al bravo lo ideal es tener valor, firmeza de plantas y las muñecas rotas. Esas muñecas que poseen los grandes toreros. Desenmuñecar con suavidad le imprime temple al muletazo, ese temple que se convierte en caricia. Al bravo no se le domina con brusquedad, sino con templanza. Como en los caballos, la caricia doma. Ese suave muletazo, rítmico, acompasado, como si se tratase de un pincel para pintar un lienzo. Ese suave bamboleo que no hace sino dominar al animal con un giro de muñecas. El secreto está en las muñecas, en las yemas de los dedos, esas que son capaces de domeñar al animal, esas que hoy tanto Jiménez como Silvera supieron canalizar en las embestidas de sus novillos. Hoy pese a las evidentes carencias de la terna, para eso son novilleros, se les atisbó que quieren torear despacio, y eso señores se consigue acariciando.
Tuvo calidad y entrega el primero de la tarde, un mansito de El Parralejo el cual dejo realizar a Ángel Jiménez una faena de bellos y estéticos pasajes. Pese a querer siempre irse, cuando fue enganchado en los trastos lo hizo con transmisión y calidad por el derecho. Tuvo empaque y plasticidad la faena del de Écija, le corrió la mano con suavidad en un trastero en el que la calidad primó sobre todo lo demás. Siempre se quiso llevar al animal tras la cadera, vaciando el muletazo y rematándolo con pases de pecho de pitón a rabo. Por el izquierdo embistió con la cara a media altura y el viaje corto. No consiguiendo hilvanar faena por ese pitón. Acabó rajado el El Parralejo tras regalarle 25 embestidas con transmisión y entrega. Tras la media estocada se le pidió de forma no mayoritaria la oreja, dando finalmente una vuelta al ruedo.
Se fue a la puerta de chiqueros es astigitano para recibir al cuarto. Tras la `Portagayola’ y una larga muy ajustada en el 1, soltó muñecas para dejar seis verónicas de arrebatado y templado metraje. con el capote cortito y las manos muy bajas, todo ello rematado con una gran media rodilla en tierra. Se fue entre palmas Mario Benítez tras el tercio de varas. Su inicio rodilla en tierra metió a la gente en el trasteo, posteriormente hubo dos series a diestras con el sello de la templanza que hicieron sonar la música. Jiménez es un novillero que tiene la gran virtud tanto de la despaciosidad como el desenmuñecar a los animales con suavidad y mimo. Pedía la distancia media el animal, no siempre dándosela el novillero. No se dejó nada dentro un joven que fue todo ganas y tesón. Novillo que pedía sometimiento, sino se rebrincaba y se ponía molesto. Por el izquierdo tuvo menor clase, soltando la cara con cierto genio. Faena de bellos pasajes, pero a la cual le faltó algo de estructura, siendo ésta de menos a más. Consciente de ello cerró su labor con ajustadas ‘Bernardinas’. Tras dejar media estocada se tiró a matar sin muleta, siendo prendido feamente. La petición de oreja fue unánime y concedida finalmente por el usía. Vuelve a dar un toque de atención en una plaza grande, un novillero que tiene tremendamente ilusionado a un Enrique Peña que no dudó ni un minuto en apostar por él. Tras pasear la oreja entró por su propio pie a la enfermería.
Muy maduro, sabiendo que hacer en todo momento, con la cabeza fría y eligiendo bien alturas y terrenos. Así podemos definir lo que hizo Silvera a su primero, un novillo de calidad, pero muy medido de fortaleza. Supo entenderlo en todo momento realizando una faena técnicamente perfecta. Todo se lo hizo suave, desde el cite hasta la forma de vaciar el muletazo. Todo tuvo que ser a media altura, sin apretarle ni apretarse con el útero. Volaron derechazos cadenciosos, con temple y hondura. Supo calibrar Sevilla la actuación del novillero, el cual dejó entrever su buen concepto y maneras. Por el izquierdo hubo menos ceñimiento, pero sin embargo sus naturales de uno en uno calaron más en el respetable. Tiene la virtud indómita del temple, sus muletazos pese a ser a media altura dijeron mucho. Todo lo hizo a favor de un novillo al cual si le pegabas un tirón o le exigías en demasía perdía las manos, y ahí radicó su buen hacer, consiguiendo mantener en pie al animal y sacándole muletazos interesantes. Se atascó con los aceros y su labor fue silenciada tras sonar un aviso.
Suave fueron las verónicas de recibo de un Silvera centrado y muy torero. Quitó posteriormente Cadaval para más tarde dejar una faena desigual el espada sevillano. Hubo pulcritud en su faena, buenos pasajes iniciales ante un novillo con clase. Su comienzo de faena por estatuarios tuvo el sello del valor y la verdad. Dejó dos series a derechas de buen trazo, pero ahí se quedó todo. De mitad de faenan hacia adelante le perdió el pulso a un animal muy castigado en varas, de ahí que el utrero no desarrollara en el tercio de muleta todo lo que llevaba dentro. Hubo desigualdad en sus muletazos por el izquierdo, faltó limpieza y un mayor sitio entre muletazo y muletazo. Ese sitio que no acertó a darle a un novillo que se sintió más a gusto en la media distancia. Silvera dice mucho más cuando se suelta y sale tu toreo personal, ese que, de cintura partida y muletazo enroscado, y no cuando intenta no ser él y pegar pases por pegar. Sinceramente su camino desde mi punto de vista es el del toreo reposado, ese que sale cuando se acaricia y se torea con las yemas. Pese a no ser una faena de cante grande si puede estar satisfecho por no haberse dejado nada en el ruedo y haber dado la cara pese a los altibajos de su actuación. Cualidades y tiempo tiene para a encandilar a Sevilla. La oreja que cortó le debe servir para seguir toreando e ir entrado en las ferias.
Poca historia tuvo el tercero de la tarde, un novillo medido de raza al cual Cadaval le realizó una faena de más a menos. Lo mejor vino en su inicio de faena sacándose al novillo hacia el tercio y en una posterior serie a diestras de buen trazo, mando y ligazón. Pero a partir de ahí se empezó a diluir una labor en la que no hubo conexión con los tendidos. Por el izquierdo embistió el animal por dentro y soltando la carita, teniendo que perderle unos pasitos y no posibilitando la ligazón. El trasteo poco a poco se fue diluyendo hasta acabar todo en silencio.
Cerró plaza Cadaval con otro novillo que se movió. Tras su voltereta al entrar a matar al cuarto, Jiménez dejó un bonito quite por ‘Chicuelinas’ marca de la casa. Gran mérito tuvo el comienzo rodilla en tierra el centro del anillo, en el cual llevó pulseado a un novillo que la tomó con franqueza. La serie a derechas tuvo la premisa del buen hacer ante otro utrero que quiso irse tras los vuelos, pero al cual le duró la raza tres series. Por el izquierdo sin embargo la faena no llegó a tomar vuelo, no entendiéndose novillo y novillero. Su limpia serie final al natural volvió a sacarle una sonrisa de satisfacción al novillero sevillano. Tiene buenas cosas Cadaval, pero desde mi punto de vista hoy le faltaron tres cosas, vender lo que hace, creérselo de verdad y desenmuñecar con más despaciosidad a los animales. Si sabe corregirlo puede hacerle ganar bastante en su toreo. Hoy pese a dejarse todo en el ruedo tuvo una actuación a la que le faltó un punto para conectar más con el tendido, en cual lo notó algo frío. Tras la estocada final saludó una ovación desde el tercio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novillada con picadores de abono. Festividad del Corpus. Algo más de media plaza.
Novillos de El Parralejo. Muy bien presentados y de interesante juego en general.
Ángel Jiménez (Blanco y oro): Vuelta al ruedo y oreja.
Emilio Silvera (Azul celeste y oro): Silencio tras aviso y oreja.
Alfonso Cadaval (Rioja y oro): Silencio y ovación con saludos.
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