Una novillada de Rocío de la Cámara y Cortijo de la Sierra se lidiaba, esta tarde en la plaza de toros de La Maestranza sevillana en el noveno festejo de abono. El cartel lo componían Juan Pedro García «Calerito», Manuel Diosleguarde y Jorge Martínez.

Se citaban hoy en Sevilla tres novilleros en busca de una oportunidad. Esa oportunidad que les abriera las puertas de las grandes ferias o que reafirmarse lo conseguido en ellas. Ante ellos una divisa con la vitola de la buena clase, esa que busca como alquimia la bravura por la vía de la entrega, el ritmo y la calidad. Esa calidad que le puso a su toreo un Diosleguarde que quiere torear siempre con los vuelos, las muñecas y la cintura, pero que hoy se topó con un lote que solo le dejó justificarse para futuras citas de postín. Esas citas o contratos que debe tener firmados para 2022 un Jorge Martínez que sin lote alguno dejó la sensación de que aquí hay torero. No se deja ganar la pelea, y cuando se le desliza un animal los pulsea para soltarlos detrás de la cadera. Pero hoy no pudo ser, un lote a contraestilo marcó su tarde. Esa tarde que se llevó un templado y maduro Calerito ante un novillo de interesante condición en la muleta. Esos que te exigen torearlo despacito, con los vuelos y siempre encajado. Un animal sin inercias, esos para disfrutar delante de él. Y bien que lo disfrutó en una faena que debe valerle para futuras oportunidades. Esperemos que para la próxima vez esta sea con balas y no una oprtunidad envenenada.

La terna tuerce el ceño ante una oportunidad que se tornó en decepción por el escaso juego de la novillada de Rocío de la Cámara. El cuarto, paracaídas de una tarde en la que Calerito fue el único que pudo tocar pelo. Ovacionada la disposición de sus compañeros con sendos lotes de escaso juego.

No tuvo opciones Calerito con el manso y declasado primero. Un animal que ya desde salida evidenció su falta de entrega. De más a menos fue su pelea en el jaco, embistiendo andando en banderillas. Poco pudo hacer el sevillano salvo mostrar disposición ante un novillo que en el comienzo del trateo embistió con pies, pero haciéndolo todo a oleadas. Cuando perdió la movilidad tampoco dejó a Calerito ahormar faena. La falta de casta, unido a una embestida sosa y anodina no ayudaron a que el trateo cogiera vuelo. Novillo al que siempre había que llevar en línea recta y a su altura. Saludó una ovación desde el tercio tras tener que usar el verduguillo.

Manuel Diosleguarde tuvo delante a un utrero con cierta templanza pero que todo lo hizo a media altura. Un astado al que había que llevar empapado en los chismes, sino tendía a pasar en vez de embestir. Fruto de ello vinieron dos volteretas, afortunadamente sin consecuencias, para Martínez cuando hacía su correspondiente quite. Tiene un corte muy amanoletado Diosleguarde, de figura vertical, siempre intentando llevarse al aninal tras la cadera. Tuvo cierto ritmito a derechas el de Rocío de la Cámara pero todo había que hacérselo a media altura. Lo quiere hacer todo muy despacio. Vacía el muletazo de una forma muy suave, la clave está en sus muñecas. Le faltó mayor chispa al animal y quizás mayor fibra al novillero. Por el izquierdo siempre tendió a embestir por dentro. Cuando acertó a empapar de muleta y no dejarle pensar llegó más y mejor al tendido. Cerró su trasteo con una bonita trinchera y un pase del desprecio muy torero antes de saludar una ovacionado desde el tercio.

No le dio ninguna opción el tercero a Jorge Martínez, un novillo que ya desde salida evidenció que no iba a poner las cosas fáciles. Siempre embistiendo en línea recta y sin humillar. Un aninal que fue acrecentando su geniecito conforme fue pasando su lidia. Ante el de Cortijo de la Sierra vimos con mucha disposición al joven novillero, el cual siempre trató al novillo como si fuese bueno. Pese a ello en muchas ocasiones se vio a mereced de un utrero que más que embestir, topaba. Siempre con las zapatillas asentadas y consciente de lo que tenía delante no se arrugó ante las huidizas y rajadas embestidas de un ejemplar que acabó con la culata en tablas. Valentísimo anduvo Jorge Martínez demostrando que quiere ser torero. Lo hizo todo para justificar su inclusión en el cartel. No se podía hacer más con menos. Se atascó en la suerte suprema, y tras varios descabellos saludó desde el tercio.

Un bombón fue el cuarto de la tarde, un novillo de Cortijo de la Sierra de gran clase y dulzura en sus embestidas. Se fue a recibirlo Calerito a chiqueros en un comprometido recibo a portagayola. Una larga unida a varias chicuelinas y una revolera metieron al respetable en su labor desde el inicio. Variado y templado fue el quite de Diosleguarde tras salir de enajas el animal del jaco. Muy templado y abriendo los caminos Antonio Chacón en un tercio de banderillas en el que fue agarrando celo el astado. Tuvo nobleza, ritmo y calidad a derechas, cierto es que por ahí le faltó un punto de emoción. Lo templó Calerito en series bien construidas, presididas por el temple y el acierto en las alturas. Por el izquierdo le corrió mejor la mano, por ahí el animal se ralentizó un punto más. Todo se lo hizo a favor, a su altura y sin pegar tirones. Cierto es que era novillo para romperse más, para torearlo despacio pese a que se descomponía sino lo llevabas toreado. Animal complejo al que había que pulsearlo, llevarlo enganchado y cogerle la velocidad para que se redujera en su embestida. Midió las series el sevillano, siempre pendiente de los tiempos, alternando sometimiento y alturas ante un utrero agradecido a la exigencia. Animal para torear con las muñecas, con los vuelos. Se abría un puntito de más debido a esa condición de mansito que ya marcó desde salida. Mató de una estocada casi entera pero algo caída, sonó un aviso, se le pidió la oreja, dando finalmente una vuelta al ruedo tras la no concesión por parte de la presidencia.

Tuvo nobleza y cierta templanza el quinto, un colorao de Rocío de la Cámara que tuvo la virtud de la humillación ya desde salida, pero el cual se fue apagando como una velita. Utrero que empujó con clase al peto, pero que evidenció que el depósito de la casta no iba a estar lleno. Inició Diosleguarde con un toreo en línea, a media altura, siempre buscando llevar al animal cosido con los vuelos. Todo lo quiere hacer despacio y muy pulseado, así es más fácil que los animales rompan. Pero duró un suspiro el astado. Bajó la persiana y con ello las ilusiones del salmantino. Se metió en los terrenos del toro con el colorao ya muy paradito, pero no hubo manera de conectar con el respetable. Escuchó leves palmas tras dar muerte al segundo de su lote.

Ni un pase tuvo el cierraplaza, un astado que fue tornando el genio inicial en complicaciones. Un animal con el que tenías que tener los cinco sentidos puestos, sino te podía echar mano. Y sobrevino el percance, en banderillas el astado hizo por Juan Rojas hasta propinarle una fea voltereta que acabó con el banderillero en la enfermería. Ya en la muleta se defendió siempre el utreo pese a intentar Martínez abrirle los caminos. Más que embestir topaba, quedandose siempre en los muslos. Disposición y valor de un novillero que veía como se esfumaban sus ilusiones por triunfar en Sevilla. Por el izquierdo tuvo aún menos recorrido, no te dejaba ni ponerte, por lo que se vio obligado a abreviar su labor. Saludó desde el tercio en reconocimiento a su esfuerzo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Novillada con picadores. Menos de media entrada del aforo permitido.

Novillos de Rocío de la Cámara (1º, 2º, 5º y 6ª) y Cortijo de la Sierra (3º y 4º). Desiguales de presentación y de escaso Juego. Más en tipo los tres últimos. De mansurrona condición el falto de raza primero; con nobleza pero medido de raza el pasador a media altura segundo; con genio el topón venido a menos tercero; de gran clase, entrega y profundidad el interesante cuarto; de cierta nobleza el soso y parado quinto; con complicaciones el parado y orientado sexto.

Juan Pedro García «Calerito», ovación con saludos y vuelta tras aviso.

Manuel Diosleguarde, ovación con saludos y palmas.

Jorge Martínez, ovación con saludos en ambos.

INCIDENCIAS: El banderillero Juan Rojas recibió un veretazo corrido región inginal derecha tras ser volteado por el sexto de la tarde. Por su parte Jorge Martínez fue atendido al final del festejo de una contusión en la cara interna del muslo derecho y varetazo corrido en la cara anterior del muslo izquierdo de pronóstico leve.

@pablolopezriobo (pablolr89)

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