PABLO LÓPEZ RIOBOO

Y se consumó el milagro.  Sevilla volvía a vivir una faena mágica. Los astros se alinearon de tal manera que un toro y un torero le daban gloria al toreo en una obra de una magnitud enorme.

Y se consumó el milagro.  Sevilla volvía a vivir una faena mágica. Los astros se alinearon de tal manera que un toro y un torero le daban gloria al toreo en una obra de una magnitud enorme. Se ganó la vida ‘Orguillito’ y Sevilla le volvió a rendir pleitesía a un torero con mayúsculas. Ese torero que cuenta entre sus filas con un hombre que hoy debe estar más que contento por su labor. Su nombre es José María Soler y es de Algeciras. Su lidia al quinto fue impoluta, suave, abriéndole los caminos al animal y pulseandolo con la yema de los dedos. Sevilla ya le había reconocido su buen hacer cuando sacó al toro del caballo sin darle un tirón, todo con mimo y sutileza. Pero su labor no quedó ahí, antes había demostrado saber colocarse bien, estar siempre en su sitio y usar la cabeza en momentos de exposición. Con la capa también es justo destacar la pausada lidia de Mariano de la Viña al primero y de Juan José Trujillo al tercero.

Ese Juan José Trujillo que en el sexto se desmonteró por dos pares marca de la casa. Clavando siempre de abajo hacia arriba, dándole las ventajas al toro y rejecutando su labor en la misma cara del animal. Tanto en ese toro como en el tercero volvió a estar muy profesional Julio López.

Al hablar de picadores se nos viene un nombre a la mente, y ese es el de José Antonio. Si yo les digo esto algunos no sabrán de quien les hablo, pero si digo Barroso si sabrán a quién me refiero. Pues bien, este gran picador salió ovacionado por un tercio de varas que podría acabar siendo premiado al finalizar la feria. Siempre en torero, toreando a caballo y colocándose en el sitio propicio para que el animal acometiera. El toro empujó y Barroso no se amilanó, dejando dos varas en muy buen sitio. Por ultimo hay que hacer mención al primer puyazo de Manuel Quinta al cuarto del festejo. Pese a que se lo colocaron prácticamente al relance, supo dejar un puyazo en buen sitio. El animal empujó con más genio que clase, defendiéndose el picador de un toro que no se lo puso fácil.

@pablolopezriobo (pablolr89)

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