Y la tarde pese al triunfo de rejoneador y torero no fue del todo lo que se esperaba. Los toros, una parte de gran importancia en el espectáculo, no acabaron de estar a la altura de su sangre y de su hierro. Dos divisas de gran vitola que nos tienen acostumbrados a mucho más. Dos ganaderías que pese a tener sangres distintas no distan tanto entre ellas en el concepto ganadero. Pese a ser una corrida con virtudes, ninguno de los seis, poniendo más énfasis en los cuatro de lidia a pie, acabó de sacar a relucir las cualidades que atesora una ganadería de tal magnitud. Ninguno quiso buscar los vuelos por abajo, reducirse en la embestida e ir hasta el final. La corrida se movió, eso es verdad, pero le faltó mayor fondo de raza para que aquello rompiera de verdad. Una corrida que seguramente estaría escogida por nota, ya que por tipos fue muy desigual, y pese a que algunos toros si tuvieron buena hechura a otros les faltó ese buen gusto a la hora de ser reseñados. Fue un triunfo a golpe cantado, por lo realizado en el ruedo, así como por la participación de dos actores inesperados, los cuales con su cante pusieron la nota que acompañó a dos fragmentos de la faena del torero peruano.

El lote de Hermoso de Mendoza fue muy dispar, con el primero realizó una faena templadísima al noble y enclasado abreplaza. Destacó a lomos de Berlín, Corsario e Indico, tres caballos que estuvieron a gran nivel. Tuvo un galope templado el animal, un toro con el que el rejoneador navarro realizó una faena despaciosa y muy del gusto de la parroquia. Templó las buenas embestidas de un toro que siempre mantuvo la virtud de la fijeza, la entrega y el temple. Hermoso pudo disfrutar en una faena con el sello de la elegancia. Tras un rejonazo que tiró al toro sin puntilla cortó las dos orejas.

Volvió a dar un golpe sobre la mesa en el cuarto, un toro de Bohórquez que acabó parándose. A lomos de Disparate, Arsenio y Alabama realizó una faena intensa y vibrante. Vimos un Hermoso de Mendoza un punto más arrebatado, pero sin perder su elegancia habitual. Ante un toro al que había que llegar mucho expuso en banderillas de poder a poder. Dichas banderillas metiéndose en los terrenos del animal llegaron mucho a los tendidos. Faena firme y torera de un rejoneador que hoy en Sanlúcar regaló a los allí presentes una gran tarde. El de Bohórquez, con nobleza y temple en los inicios acusó su justeza de raza para más tarde acabar muy agarrado a piso. Tras un rejonazo que tiró al toro sin puntilla se le concedió una oreja, pese a que su labor mereció de dos.

Por su parte, Roca Rey llegaba a Sanlúcar como torero de masas. Un espada que ya ha conseguido captar la atención del gran público pero que también tiene obnubilado tanto a los profesionales como a los aficionados. Hoy en la coqueta plaza gaditana no se colgó el tan ansiado ‘no hay billetes’ por menos de cien entradas. Ante cuatro toros de Cuvillo, de distinto comportamiento el de Lima se mostró solvente y variado con capote y muleta. Por encima anduvo de un segundo, primero de Cuvillo, noble pero medido de raza. Un toro al que le costó humillar. Acertó el peruano en distancias y alturas para sacar tandas interesantes a un toro de embestida pastueña, pero de sosa condición. El colorao pese a faltarle chispa la tomó siempre con nobleza a media altura, siendo en los pases de pecho donde mayor entrega evidenció. Puso mucho de su parte Andrés para llevar al tendido la emoción que no tenía el animal. El toro fue pronto y fijo en las telas, pero le faltaron cosas para romper hacia adelante. Tras la estocada paseó una oreja. 

El tercero de la tarde tuvo un comportamiento cambiante y una condición un tanto peculiar. Tuvo motor y transmisión, pero su geniuda condición hizo que nunca fuera de verdad tras los chismes. Mantuvo la virtud de la humillación dentro de una embestida con un punto de aspereza. Roca porfió en una labor tesonera pero irregular. El de Cuvillo fue mejor a derechas, por ahí si se deslizó algo más y la tomó bien cuando fue empapado en la pañosa. Por el izquierdo tendía a picar por dentro. Tuvo mejor inicio que final del muletazo el animal. Toro con picante este castaño de Cuvillo. Muy justo de presencia, pero con movilidad, no siempre entregada. Pese a dejar buenos pasajes, el toreo de Andrés llegó más al respetable de mitad de faena hacia adelante, cuando se metió con un toro que nunca regaló una embestida. Tras la estocada le fue concedida una oreja tras una labor meritoria.

El quinto de la tarde fue un animal con movilidad y temple ya desde salida. Un toro con nobleza, pero al que le faltó mayor clase y entrega. Roca Rey anduvo con la cabeza despejada, dándole al toro lo que pedía en cada momento. Le tapó defectos e incrementó virtudes. Un ejemplar que desde mitad de faena se fue a tablas. Animal que pesó en la muleta, de irregular embestida y con un claro punto de mansedumbre. Andrés consiguió a base de temple y conocimiento de los terrenos sacarle muletazos meritorios a un toro que nunca se deslizó ni se fue tras los vuelos. Mejor a izquierdas, ahí el toro si tenía mejor condición. Por ese pitón su entrega fue siempre mayor. Se le pidió de forma sorpresiva el indulto, no concedido con buen criterio por la presidencia pese a la insistencia de una plaza que claramente vio al toro mejor de lo que era. Se atascó Roca a espadas y saludó una cariñosa ovación. Como son las cosas que a un toro al que se le pidió el indulto luego la plaza no se acordara de solicitar para el ni la vuelta al ruedo.

El postre estaba reservado en el sexto, un burraquito de Cuvillo de buena clase y ritmo al que saludó con temple a la verónica el peruano. Toro que mantuvo virtudes en la poderosa y templada muleta de Andrés. Faena que caló rápido en los tendidos. No le pesó la tarde al de Lima, todo lo contrario, con el interesante sexto le vimos lo mejor y más torero de la tarde. Toro interesante este último de Cuvillo con el que el Roca pudo expresarse en muletazos por ambas manos. No quería irse sin cuajar al noble y enclasado animal, el cual si embistió con mayor largura, temple y calidad que sus tres hermanos anteriores. Se gustó en naturales largos y por debajo de la pala del pitón, así como en derechazos hondos y pases de pecho de buena ejecución. Tras pasaportar al toro se le concedió una oreja tras su mejor trasteo de la tarde.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Corrida de toros mixta. Lleno. 

Toros de Fermín Bohórquez para rejones y Núñez del Cuvillo para lidia a pie. Desiguales de presentación y de de juego. De gran temple y clase el buen primero. Muy a menos el parado y descastado cuarto.Noble y soso el manejable segundo. Áspero y geniudo el cambiante tercero. Noble, pero sin llegar a romper el quinto. De buena clase y humillación el interesante sexto.

Pablo Hermoso de Mendoza: Dos orejas y oreja. 

Roca Rey: Oreja, oreja, ovación con saludos y oreja. 

@pablolopezriobo (pablolr89)

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