En el toreo como en la vida se vive de sueños e ilusiones. Hoy en Huelva tres rejoneadores cumplieron el sueño de más de 7000 almas que acudieron al coso de la Merced para emocionarse

La última de Colombinas tenía lugar en la tarde de este domingo, una corrida de rejones con el hierro de Los Espartales en la que paseaban Andy Cartagena, Diego Ventura y Andrés Romero. En el toreo como en la vida se vive de sueños e ilusiones. Hoy en Huelva tres rejoneadores cumplieron el sueño de más de 7000 almas que acudieron al coso de la Merced para emocionarse y vibrar con una tarde de rejoneo. Ese sueño que hizo posible que ‘Sueño’ o ‘Nazarí’ emulasen a José Tomas o a Morante toreando al ralentí, ese sueño que propiciara que Cartagena se sacara de la chistera un conejo llamado ‘Humano’ para poner patas arriba la Plaza, o ese sueño llamado ‘Guajiro’ que tiene valor y torería para hacer cuatro caballos. Por eso les digo, tras una tarde para el recuerdo… «Soñar bonito».

Mostró complicaciones ya desde salida el segundo de la tarde, siempre acortando el viaje y arreando cuando podía hacer presa. Dos rejones de castigo le puso Ventura a lomos de Bronce para bajarle los humos al animal. Cuajó una faena de gran importancia a lomos de Nazarí, se jugó el tipo en banderillas de poder a poder ante un animal encastado que no puso las cosas fáciles. Toreó a dos pistas con el animal cosido a la grupa, aguantó coladas y supo sobreponerse a la bronca embestida. Las banderillas citando de frente tuvieron el sello del valor y la capacidad de un caballo y un caballero que parecen uno solo. Cerró a lomos de Remate utilizando las cortas. Tras un rejón arriba y un golpe de descabello paseó una oreja.

Poco enemigo tuvo Ventura en el quinto de la tarde, un toro al que no le ayudó nada un costalazo previo a la actuación con las banderillas. Ventura apostó por Sueño, y este respondió dando otra clase magistral. Se dejó llegar al animal a los pechos, quebró en un palmo de terreno cambiando el viaje, la plaza se rompió a aplaudir tras la gran exhibición de un caballo que no tiene techo. El animal muy reservón siempre esperaba para ganar la acción, lo que hacía prácticamente imposible un ceñimiento total entre toro y caballo. A lomos de Roneo, un caballo que disfruta de las cercanías, con un valor enorme, dejó tres banderillas importantes, siempre jugándosela ante un toro incierto. Cerró a lomos de Remate, tras las cortas y un rejonazo que dejó al toro sin puntilla le fueron concedidas las dos orejas de forma unánime.

Romero salió con el cuchillo entre los dientes en el tercero de la tarde, ya se había abierto el contador de las orejas y el onubense no quería quedarse atrás. Tuvo en suerte un animal escaso de raza y con poca voluntad de ir tras las cabalgaduras. Le colocó dos rejones de castigo a lomos de Carbón, para luego cuajar una faena llena de entrega y buenos pasajes a lomos tanto de Kabul como de Guajiro. Cerró la misma con las cortas, pero los dos pinchazos y el descabello dejaron su actuación en una aplaudida vuelta al ruedo.

El sexto de la tarde resultó ser un toro con movilidad de salida pero que fue parándose a medida que la casta se fue diluyendo. Toreó con suficiencia de salida a lomos de Perseo, con el que se fue a portagayola a recibir al cierraplaza, para luego con Guajiro dejar los mejores pasajes de la faena. Citó siempre de frente, dándole las ventajas al toro, muy enfibrado el torero onubense. A lomos de Odiel y Chamán terminó de redondear una faena rematada con un rejón arriba sin soltar, el toro cayó sin puntilla y le fueron concedidas las dos orejas que le abrían la puerta grande de forma más que justa.

Tuvo la virtud del galope acompasado el primero de la tarde, pero mostró ya desde el inicio que su querencia a tablas iba a marcar la faena. Lo templó de salida Cartagena a lomos de Cuco, para luego torear con torería a lomos de Sol y Sombra, en un tercio de banderillas donde cosió al animal a la grupa del equino. El de Los Espartales tenía nobleza pero había que sujetarlo. Con Cupido puso la transmisión que a esas alturas de faena le faltaba al toro, en dos banderillas de buena ejecución. Cerró la faena lomos de Pinta con el toro ya muy parado y en tablas. Tras el rejón de muerte certero paseó la primera oreja de la tarde.

Le cortó una oreja Cartagena a un noble y colaborador toro de Los Espartales. Lo templó primero de salida al animal a lomos de Mediterráneo, para torearlo con mimo en los compases iniciales. Pero a la faena le faltaba alma, mayor intensidad, la cual iba por lo derroteros de la monotonía, pero todo cambió cuando sacó a Humano, pasó de la templanza inicial a la pirotecnia y la vibración -tan típica de su tierra-, las banderillas al violín pusieron al respetable de su lado, eso unido a las cortas ceñidas y un rejón certero pusieron en su mano la oreja que le abría la puerta grande.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Merced, Huelva. Última de la Feria de Colombinas. Corrida de rejones. Lleno en los tendidos.

Seis toros de Los Espartales, correctos de presentación, descastados en líneas generales

Andy Cartagena: Oreja y oreja.

Diego Ventura: Oreja y dos orejas

Andrés Romero: Vuelta y dos orejas.

 

@pablolopezriobo (pablolr89)

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