PABLO LÓPEZ RIOBO @pablolopezriobo
Sevilla (España). Lo vivido ayer en la Maestranza fue histórico, dos novilleros abrieron la «puerta del cielo» tiraron abajo la Puerta del Príncipe en una tarde de gloria y triunfo, donde Sevilla vivió una de las tardes más importantes de su historia.
Se lidió una notable novillada de Fuente Ymbro, que ya por hechuras y tipo preveía lo que luego se vería en el ruedo maestrante, un festejo marcado por la bravura, la clase y la entrega, donde tanto Borja Jiménez como José Garrido supieron aprovechar esas virtudes para triunfar y dar un golpe de efecto en una tarde que como hemos dicho fue histórica.
Abría cartel el valenciano Fernando Beltrán, que dejó patente en el ruedo su buen concepto, primero con el saludo capotero al que abrió la tarde y luego en la muleta de su segundo novillo, donde plasmó muletazos de buen trazo y gusto, pero que no tomo vuelo debido a la intermitente y desigual faena que salvo en algunos instantes puntuales no llegó a convertirse en faena de triunfo.
Borja Jiménez al igual que sus dos compañeros de cartel, también se presentaba en Sevilla, cortó las dos orejas de su primer novillo, un excelente ejemplar de Fuente Ymbro, al que se le pidió la vuelta al ruedo, incomprensiblemente no concedida por la presidencia. Recibió a su primer novillo a «portagayola» tras un buen recibo de capote, se vieron las cualidades del novillo, que nunca perdió a lo largo de la lidia, brindó al público, lo citó desde la larga distancia en su primera tanda, el novillo embistió de una forma notable por ambos pitones, clase, ritmo, calidad fueron las virtudes del Fuente Ymbro, el novillero sevillano tuvo la gran virtud del temple, enjaretó importantes tandas por ambos pitones, muleta siempre muy por delante y engarzando cada derechazo, naturales hondos, limpios y de gran exigencia que rompía una y otra vez al codicioso y bravo novillo, lo que junto a una gran estocada llevó a sus manos las dos primeras orejas de la tarde.
En la lidia del quinto también se postró firme y decidido en la puerta de chiqueros, saludo de mucho riego y valor, un novillo de bonitas hechuras y que ya en los primeros capotazos mostró su brava condición. Recibió de rodillas en el tercio al novillo que con anterioridad había brindado a su hermano Javier, primera tanta de gusto y mando, el novillo se fue largo embistiendo con una gran transmisión, la música sonó al finalizar la primera tanda, el novillo acometía bravamente y Borja supo acoplarse a él en dos grandes tandas por el pitón derecho, se cambio la muleta a la mano izquierda, naturales largos y hondos. La faena quizás bajo algo en intensidad al haber algún desacople en la faena, la brava embestida del novillo puso en algún aprieto al novillero de Espartinas, que solventó de manera rápida. Mató de una gran estocada y paseo la oreja que le abría la Puerta del Príncipe, tras una muerte brava del novillo que demostró su bravura hasta el último instante.
Cerraba el cartel el extremeño José Garrido, que vino a Sevilla arreando, ya en el segundo de la tarde, le realizó un gran quite al novillo de su compañero Borja Jiménez, chicuelinas de mano baja, temple y ceñimiento, gran carta de presentación para lo que veríamos en sus oponentes. El tercero de la tarde fue un encastado animal, lo recibió con un templado toreo a la verónica, ya en la muleta firmó una faena de mando, valor y cabeza, ante un novillo que nunca regalo una embestida, todo fue a base de disposición, naturales de gran trazo y derechazos hondos, tras una gran estocada se le concedió una oreja de mucho peso.
Lo mejor de su actuación vino en el sexto de la tarde, un precioso burraco, bajo como un zapato, que ya demostró su clase y calidad en el capote del extremeño, Garrido cuajo un recibo de capote sublime rematado por una media de cartel, luego llevo galleando por chicuelinas al novillo hacia el caballo, el público entregado se puso en pie, pero el remate capotero vino por un gran quite, templado y cadencioso, donde la música rompió a tocar tras la media final. En la muleta el novillo de Fuente Ymbro, rompió en bravo, el novillero cuajó una faena importante por ambos pitones, derechazos largos, naturales hondos, trincherillas de cartel, pases de pecho barriendo el lomo, una faena enorme. El público se metió en la faena de principio a fin, garrido toreo roto, con el alma, se olvido de toques, de alturas, de terrenos, se emborrachó de toreo, tras una gran estocada cortó dos orejas de ley, acompañando a su compañero Borja Jiménez y a el ganadero, Ricardo Gallardo, en una inolvidable salida a hombros por la Puerta del Príncipe rodeado de jóvenes aficionados que acompañaron a los triunfadores de la tarde por las calles de Sevilla.
Ayer más que nunca ganó el toreo, Sevilla merecía una tarde así, la tauromaquia vivió, sintió y disfrutó una de sus tardes más importantes y gloriosas, un día que sin duda alguna hizo afición, la tauromaquia gracias a una tarde de»cante grande» volvió a recobrar una gran notoriedad, la tauromaquia sigue viva, gracias a todos los que lo hicisteis posible.
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